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La senda del perdedor

No

No hay niños, ni novias, ni madres
ni terrazas, ni amaneceres, ni sol,
sólo hay gente que se arrastra
por las aceras. Y cosas.
La gente, conforme se arrastra, sueña las cosas
haciéndolas como terrazas,
como amaneceres, como sol.
La gente, conforme se arrastra,
se sueña
como niño, como novia, como madre.
Mas no existe tal cosa:
No hay niños, ni novias, ni madres
ni terrazas, ni amaneceres, ni sol.
Sólo gente que se arrastra. Y cosas.

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