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La senda del perdedor

Sentados en la yerba

Procura elegir bien porque un suicida no va a enseñarte a esquivar las minas.

Es más importante tener la ropa adecuada que tener la información adecuada.

Esta ciudad puede matarte de un millón de maneras distintas antes de saber qué coño ibas a decir. Es jodido. Pero así están las cosas. Sólo te queda confiar en los ángeles y, bueno, creo que ya todo el mundo sabe quién es el que cuida de los ángeles. Así que ya sabes hacia dónde tienes que mirar si quieres que amanezca más deprisa, o si en mitad de la noche te da por pensar que no hay nada como estar en casa.

Puedes apretar los ojos al dormir pero eso no hará que las pesadillas pasen más deprisa.

Una desgracia no disminuye tu porcentaje total de desgracias, eso es algo que inventaron las compañías aéreas para animar a los viajeros después de un accidente.

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