Quizá mañana se paralice el mundo

¿Te apetece que salgamos este domingo que viene? Tienes casi una semana para decidirte. Para decirme que no.
Podemos ir a pasear,
ver una pelicula cutre (de esas que te gustan a ti),
hablar de miserias o entrar sólo a mear en todos los Pans&Company que encontremos al paso.
Lo típico que suelo hacer los domingos. Pero contigo.
Nadie más. Solos. Tú y yo.
No estoy muy fino, ¿sabes?, es más, hoy estoy optimistamente triste.
Lo mismo de siempre: no acabo de asimilar lo inasimilable.
Ayer recordé que hace dos años estaba con... ¿te acuerdas?
¡Qué cojones te vas a acordar!
Hoy me ha llamado alguien. No sé. El móvil ha sonado pero no he movido un músculo para cogerlo. No pude. O no quise. ¿Quién coño sería? Ahí sigue, como a metro y medio o dos metros de mí.
Quizá mañana mire en llamadas perdidas o quizá mañana se paralice el mundo.